Vamos a comentar la visita a este renombrado restaurante del
cual todo el mundo nos habla muy bien y siempre nos dicen que se
debe ir por lo menos una vez en la vida. La
reserva se hace complicada, actualmente se cogen reservas con un mes
de antelación, pero como hay mucha demanda es difícil conseguir un
hueco. En nuestro caso la tarea fue mucho más fácil de lo pensado,
después de un intento fallido, pasado el tiempo llamamos de una
semana para otra, sin querer ningún día en especial y,
¡coincidencia! había una mesa libre, era a las 22:30, un poco tarde,
pero ¡qué más daba!, objetivo conseguido La
visita se realizó en el mes de Marzo de 2013, un día de diario para
cenar. El mismo día de la reserva te llaman por teléfono para
confirmar y de paso te preguntan si eres alérgico a algo o si hay
algo que no te guste. En mi caso el problema era el pescado, y no vi
demasiado interés en dar una solución al problema, se interesaron un
poco por saber si era todo el pescado en general, si aceptaba el
marisco, pero poco más. Una vez en el restaurante volvieron a sacar
el tema y nos recomendaron el menú corto porque lo podían adaptar un
poco mejor, pero me dio la sensación de que no se adaptaron mucho,
dos platos de marisco de un total de 6 platos.
Entrada DiverXo
Cuando llegas a la calle donde se encuentra el restaurante y
comienzas a buscarlo te cuesta. Choca un poco cuando descubres el
cartel que lo identifica, está en el lateral de la puerta y
semitapado por una planta, menos mal que ya sabíamos de antemano
dónde se encontraba.
Cerdito alado
Al entrar te da la sensación de que te has confundido y has entrado
por la trastienda, te encuentras un recinto amplio con una mesa en
forma de U llena de cachivaches de cocina, platos, copas, biberones
de salsas, platos a medio preparar, etc. Eso sí, enseguida llega un
camarero a recibirte, comprueba tu reserva y te acompaña a la mesa.
El salón es un lugar amplio, con bastante separación entre
las mesas, una decoración muy minimalista y con aires de nave
industrial. En la mesa te espera como adorno una figurita de un
cerdito alado, un poco horterilla para mi gusto.
Las mesas son amplias, muy amplias, cuando te sientas choca un poco
la distancia que tienes hasta tu acompañante, allí enfrente, pero
enseguida te acostumbras. ¡Qué malo es acostumbrarse a estos
restaurantes dónde estás casi comiendo con el vecino!
Vino NITA
Para empezar te preguntan por el menú, te informan que tienen uno
de siete platos cuya duración son unas dos horas y media y otro de
trece platos que se alarga hasta tres horas y media. Al mismo tiempo
se vuelve a hablar del tema de alergias y gustos. Nosotros pensamos
que siendo una cena y a una hora no muy temprana, sería mejor optar
por el menú corto, el de siete platos. Al mismo tiempo nos preguntan
por las bebidas, en nuestro caso optamos por ir al vino directamente
y solicitamos la carta. Es sorprendente ver la carta de
vinos, no las conté, pero fácilmente podía tener treinta hojas. Si
tenemos en cuenta que en cada hoja podría haber diez o quince
referencias, ¡os podéis imaginar la variedad!. No somos expertos en
vino, sólo aficionados a tomar un buen vino cuando surge, esto viene
a cuento de que no nos sonaba ni uno solo de los que había en la
carta. Es una carta bastante amplia desde espumosos, blancos y
tintos nacionales hasta numerosas referencias internacionales. En
nuestro caso nos dejamos asesorar por el camarero, rechazamos el
primero por cuestión de precio, hay que tener en cuenta que las
botellas más económicas eran de unos 20 euros, la mayoría subía de
los 40 o 50 euros y muchos de ellos bastante. Escogimos la segunda
opción, algo más económica y, la verdad, el chico acertó,
bueniiiiiiiiisimo. Decir que los platos están
pensados para tres o cuatro bocados.
¡IMPORTANTE!
Si piensas ir y no te quieres perder el encanto de la sorpresa, no
sigas leyendo.
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Comencemos con el menú.
Mientras se pide el vino y demás, se coloca en la mesa un
aperitivo y ahí empezamos a comprobar la dinámica del menú: se
pone el plato en la mesa, nos explican lo que es y cómo se come y
a disfrutar. El aperitivo, lo podéis ver,
consiste en una judías (crudas) muy tiernas, cubiertas con una
salsa agridulce xo y algunas hierbecillas. Los cuencos tienen una
espuma de jalapeños. Sólo se come lo de dentro
de la judía. La espuma de jalapeño sobra, pero se puede comer con
una cucharilla y está muy buena. Al dar algún sorbo de vino se
potencia el sabor tanto de la espuma como del vino.
Muy buen plato, sobre todo como comienzo, te da una idea de lo
que te espera. |
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Primer plato. Medio coco con
guiso ligero de berberechos, zamburiñas y pochas. La salsa es una
especie de espuma de coco algo líquida. El coco sólo tenía un
poco de carne la cual estaba algo gelatinosa y se desprendía
fácilmente al raspar con la cuchara. Fuera del
coco se presentan unas algas con forma semiesférica que cubren
unos granos de mostaza con una salsa. Aquí se descubre
una cosa nueva, todos los platos tienen un extra que lo sirven
una vez has empezado a comer. En este caso consiste en una
ensalada de buey de mar ligado con una salsa. Como ya he
comentado a mi no me gusta el pescado ni las cosas del mar, el
plato no me gustó nada, el coco lo pasé a mi señora y, eso sí,
las algas y el buey me los terminé, aunque sin mucha gana. A mi
señora el buey y las algas no le gustaron nada, de hecho lo dejó
entero. Nos preguntaron si había algún problema y simplemente
contestamos que no le había gustado a lo cual nos contestaron que
lo sentían y que muchas gracias por la información.
Sentimos no poder poner la imagen con la ensalada de buey de mar. |
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Segundo plato. Chipirones
hechos directamente sobre la llama, de este modo quedan
crujientes por fuera y blanditos por dentro. Se acompaña de una
ensalada de fresas y una salsa hecha con fresas, yogur y café.
Adornado con polvo de fresa En este caso el extra es un
trocito de hoja de col crujiente. Estaba bueno
para quien le guste el sabor a pescado/marisco, el efecto del
crujiente en el chipirón y la cremosidad del interior está
totalmente conseguida, pero para mi gusto no funcionó, sólo logré
comerme dos, estaba prácticamente crudo por dentro, aunque he de
decir que a mi mujer sí le gusto y se tomó el que dejé yo. |
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Tercer plato. Dim sum relleno
de carne de conejo con una oblea, acompañado de mini zanahorias
moradas, kétchup de tomate y espuma de zanahoria. En la foto el
dim sum está bajo la oblea El extra es el
pincho del fondo con tres lenguas de pato con salsa brava.
Impresionante, el dim sum no sé a qué sabia, pero
divino, las zanahorias y la espuma de zanahoria, bueno, era
zanahoria. Respecto al kétchup de tomate, sin palabras, una
mezcla entre ácido y dulce con una textura un poco gelatinosa,
superfino. Las lenguas de pato, similar al dim sum, inexplicable,
llevan una especie de empanado crujiente y al morderlas descubres
que por dentro son blandas como la mantequilla. La salsa brava
apenas se notaba. |
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Cuarto plato. Esparrago
blanco a la mantequilla negra, emulsiones de oreja con escamas
de salmonete, liebre y crema de yogur. En este caso el
ingrediente principal no será la liebre sino el esparrago,
pero habrá un sabor que predomine sobre el esparrago. A
posteriori se añade un poco de ralladadura de bergamota.
El acompañamiento fue una tosta de foie de hígado de
salmonete. Un plato verdaderamente
delicioso, no hay ningún sabor que predomine respecto al
resto, es todo un conjunto. |
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Quinto plato. Carne de cerdo
vietnamita cubierto de mojo negro con salsa vietnamita de
cacahuete y coco picado finísimamente. El
acompañamiento consistía en una ensalada de naranja sanguina,
oreja de cerdo frita y camarones. Según van
pasando los platos, se van 'luciendo' cada vez más, la carne
tiene un sabor y una textura que no has visto jamás, la mezcla
con la salsa de cacahuete y coco, a pesar de no ser un gran
seguidor del coco, lo complementa a la perfección. La
ensalada estaba divina, para mi gusto sobran los camarones,
pero recuerdo mi poco gusto por las cosas del mar. |
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Sexto plato. Chuletón asado al
momento. El plato se presenta con patata suflé, chufa fina,
cebolla y berro. Al momento traen la carne que la cortan en la
mesa y posteriormente unos daditos pequeños de color blanco y
rojo que son arenques con tomate. El truco consiste en coger un
trocito de carne y otro de arenque que será el condimento para la
carne. En este caso lo que destaca sobre todo
es la carne, era según nos dijeron después, carrillera de
ternera, ¡pura mantequilla! no sé cómo pueden conseguir que la
carne se deshaga en la boca casi sin masticar. |
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Séptimo plato (postre).
Guayaba, pimienta rosa, mantequilla y ruibarbo, con phoskito
Así de simple y así de bueno. Tenemos varios
ingredientes cada uno con una textura diferente. La pimienta rosa
gelatina blanda, helado cremoso, helado cristalizado y la
mantequilla en virutas muy finas. El phoskito es helado con una
gelatina consistente. Se mezcla todo excepto
el phoskito, y a comer, el phoskito se deja para el final. El
colofón perfecto para una comida que ha ido creciendo plato a
plato en sorpresas y sabores. |
Aquí me gustaría dar un pequeño resumen, pero
es que no hay mucho más que decir, hay que probarlo, merece la
pena, de verdad. ¿Volver?, eso depende de la situación
económica de cada uno, no sabemos cuánto varían la carta, pero
por mi parte volver sería para probar una carta totalmente
distinta, mi economía no está para repetir con lo mismo.
Os dejo con unas cuantas curiosidades.
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Aquí llega la factura
Los camareros van con una
especie de falda
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En estos botes, como los de toda la vida, te
dejan los cubiertos, los cuales se cambian en todos los platos,
los uses o no los uses. En todas las ocasiones se
incluye una lengua, unas veces plana y otras con forma de
cuchara, es el sustituto de lo que tanto nos gusta hacer: mojar
el pan en la salsa.
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